sábado, 19 de enero de 2008

novela ociosa

aqui les va una super novela de amor que tuve que escribir para el colegio, es algo extraño esto para mi , porque no suelo escribri del amor wow.....

El espíritu del amor.

Como olvidar ese lugar grande y frío en el cual la conocí, el aeropuerto Arturo Merino Benítez.En donde los aviones vuelan dejando atrás o trayendo sentimientos, ilusiones y esperanza.

También se puede ver allí gente muy desesperada, otras desconsoladas, algunos felices entre otros sentimientos que en aquel lugar se reflejan.

Pero en medio de todo, sentada en una pileta, había una joven que me llamó mucho la atención, tenía los ojos azules, con el cabello rubio y liso más hermoso que había visto, su piel muy blanca y con un rostro que reflejaba mucha tristeza.

En mi se produjo una sensación nueva y desconocida, fue un deseo inmenso de acercarme a ella, consolarla y acariciarla.

De la nada un enorme valor nació en mí y sin darme cuenta me encontraba sentado junto a su lado preguntándole que le ocurría, me miro extrañada pero al cabo de unos segundos su rostro se cobijaba llorando en mis hombros y no pude evitar abrazarla.De pronto ella se levanta y se va sin decirme nada, la seguí pero no la pude alcanzar.

Recuerdo que esa noche no pude dormir, solo pensaba en volver a verla otra vez.

Al día siguiente fui nuevamente al aeropuerto con la esperanza de encontrarla.

En el mismo lugar en donde la vi por primera vez se encontraba sentada, con mucho valor me acerque a ella, me dijo que se llama Isabel y una fluida conversación comenzó a surgir entre los dos.

Desde ese momento comenzamos a salir y a vernos muy a menudo. Me enamoré perdidamente de ella, ya que era muy tierna, buena, de sentimientos muy puros, para mi era perfecta.

No le gustaba que fuéramos a lugares muy públicos, siempre solíamos estar en mi casa o de visita en el aeropuerto en donde siempre se ponía a llorar, sin decirme nunca porque lo hacia.

Pasaron los meses y nunca le pedí explicaciones de sus llantos ni me preocupe de preguntarle sobre su familia y el porque no le gustaba que fuéramos a su casa, porque cuando estaba con ella solo quería amarla.

Cumplimos un año juntos y decidimos ir a celebrarlo al aeropuerto en donde nos conocimos. Al llegar a la pileta, ella se puso a llorar desconsoladamente, me besó y abrazó y se fue en dirección al baño.

Pasaron muchos minutos y ella no regresaba, me preocupé y comencé a buscarla desesperadamente pero no la encontré por ningún lado.

Fue entonces cuando me di cuenta de que algo pasaba y decidí llamar a su casa para saber porque se había ido así.

Llamé a su casa y una vocecilla de anciana me contestó, le pregunte por Isabel en ese momento la anciana soltó un llanto que me estremeció.

La anciana me dijo llorando que Isabel no estaba y que jamás iba a estar porque había muerto, hace dos años en un accidente en el aeropuerto hace dos años.

De pronto algo frió recorrió mi cuerpo, el corazón se me aceleró sin poder entender lo que pasaba y colgué el teléfono.

Cuando reaccione busqué por todos los medios que pude la dirección de Isabel hasta que di con ella, como loco salí en busca de su casa.

Cuando llegué una anciana muy parecida a Isabel, muy delgada, rubia, con la mirada perdida salió a mí encuentro. Con una voz muy dulce me dijo -¿Ernesto?- le dije- mi nombre es Roberto, le dije que buscaba a Isabel. Me preguntó si yo hace unas horas había llamado, le respondí que si.

Amablemente me invitó a pasar, en el living de la casa habían muchas fotografías de Isabel. La anciana me pasó un cofre, lo abrí y en su interior habían más fotografías de Isabel, y entre ellas una en donde Isabel se encontraba con un hombre muy parecido a mí, con el pelo oscuro, ojos verdes, labios gruesos, en si su rostro era muy parecido al mío.

Quede perplejo, la anciana me miro y dijo – ese es Ernesto, ¿entiende ahora por qué lo confundí?, ella me dijo ese fue el gran amor de Isabel, nunca me gustó ese joven porque era muy frío, misterioso y cerio. Además cuando venia a la casa nunca me saludaba bien. Ellos estuvieron juntos mucho tiempo, pero de la noche a la mañana Ernesto decidió irse fuera de Chile con una mujer ¡eso destrozó a mi Isabel!- dijo la mujer-.

Cuando empezó a contar la muerte de mi amada no podía creer lo que estaba oyendo.Me dijo que la tarde en que el avión de Ernesto despegaba ella había decidido ir a pedirle explicaciones, pero este no la quiso oír ni decir nada.

Esto apeno más a Isabel, y cuando el avión despegó ella corrió y se lanzó a agarrarse de las ruedas, las cuales la arrastraron bruscamente por el suelo y luego cayó de varios metros de altura, se golpeó muy fuerte la cabeza provocando su muerte.

Aún yo no entendía como podía Isabel estar muerta y yo esa tarde haber estado con ella.

Comencé a contarle mi historia de amor a su madre, el encuentro en la pileta, sus llantos, todo se lo dije.

Ella solo lloraba sin entender como era eso posible.

Me abrazó y dijo que me creía todo lo que le había contado y me agradeció que se lo haya contado.

Yo me encontraba destrozado y a la vez sorprendido de haberme enamorado de una mujer muerta.

La madre de Isabel se ofreció a llevarme a su tumba, yo acepte en el momento.

Fuimos al lugar, cuando llegamos a su tumba quede paralizado y me lancé al suelo y como un niño comencé a llorar. Estuve allí pensando y meditando lo que me había pasado varias horas.

Cuando con la madre de Isabel decidimos irnos dejé una rosa en la tumba de Isabel y caminé, pero de pronto sentí alo muy fuerte en el corazón que me hizo mirar atrás y cuando lo hice vi que estaba Isabel parada en su tumba, con la rosa en su mano , saco un petalo y lanzandome un beso lo tiro y el viento lo tajo hasta mi mejilla haciendo recorrer una feliz lagrima por mi rostro que me lleno de paz.

En ese momento seguí caminado y mientras lo hacía iba dejando atrás todo lo que me unía a mi amada Isabel.

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